Una molestia frecuente con solución
La fascitis plantar es una de las causas más comunes de dolor en el talón, especialmente en adultos activos, personas con sobrepeso o aquellos que permanecen mucho tiempo de pie. Consiste en la inflamación o degeneración de la fascia plantar en su inserción en el calcáneo. La fascia plantar es una banda gruesa de tejido que recorre la planta del pie desde el talón hasta los dedos. Su función es mantener el arco plantar y absorber el impacto al caminar. Cuando esta estructura se sobrecarga de forma repetida, se generan microlesiones que provocan dolor crónico y limitación funcional.
¿Qué es la fascia plantar?
La fascia plantar actúa como un tirante que da soporte al arco longitudinal del pie. Durante la marcha se tensa, sobre todo al despegar el talón del suelo, permitiendo una transmisión eficiente de las fuerzas y estabilización del pie. Cuando se somete a una tensión excesiva de forma repetida, puede inflamarse, engrosarse o sufrir microdesgarros, especialmente en su inserción en el calcáneo. Esta sobrecarga es la base del desarrollo de la fascitis plantar.
Síntomas
El síntoma principal es un dolor punzante en la parte inferior del talón, especialmente al dar los primeros pasos por la mañana o tras un periodo prolongado de reposo. A medida que el pie se calienta con la actividad, el dolor tiende a mejorar temporalmente, pero puede reaparecer al estar de pie mucho tiempo o al caminar largas distancias. También es habitual la sensibilidad al presionar la cara interna del talón y una sensación de rigidez o ardor en la planta del pie, sobre todo en casos crónicos.
El papel del gemelo corto (síndrome de gastrocnemios cortos)
Uno de los factores biomecánicos clave en la aparición de fascitis plantar es el acortamiento del músculo gemelo medial principalente, conocido como equinismo funcional. Este acortamiento reduce la dorsiflexión del tobillo y obliga al pie a compensar con una mayor pronación, lo que aumenta la tensión sobre la fascia plantar. Muchos pacientes con dolor en el talón presentan rigidez en los gemelos, que puede comprobarse mediante el test de Silfverskiöld. Corregir esta limitación con estiramientos o cirugía cuando está indicada mejora notablemente los síntomas y previene recurrencias.
Factores de riesgo adicionales
Entre los factores que predisponen al desarrollo de esta patología se incluyen el sobrepeso, el incremento brusco de la actividad física, el uso de calzado sin soporte adecuado, el tipo de pie (cavo o plano), y la actividad prolongada sobre superficies duras. Identificar y modificar estos factores es esencial para un tratamiento eficaz y duradero.
Diagnóstico
El diagnóstico es fundamentalmente clínico y se basa en los síntomas característicos y la exploración del pie. Las pruebas de imagen se utilizan para confirmar el diagnóstico o descartar otras causas de dolor en el talón. La ecografía puede mostrar engrosamiento de la fascia mayor de 4 mm y signos de inflamación o degeneración. La radiografía puede revelar un espolón calcáneo, aunque su presencia no se correlaciona con el dolor. En casos más complejos o resistentes al tratamiento, la resonancia magnética puede aportar información adicional sobre roturas o atrapamientos nerviosos asociados.
Tratamiento conservador
La mayoría de los pacientes mejora con tratamiento no quirúrgico. Las medidas más eficaces incluyen estiramientos diarios del gastrocnemio y de la fascia plantar, aplicación de hielo tras la actividad física, masajes con pelota o rodillo, y uso de taloneras o plantillas personalizadas con cazoleta posterior y descarga selectiva en calcáneo por vaciado. También se recomienda calzado con buena amortiguación, junto a una reducción temporal de las actividades de impacto.
Terapias adicionales
En casos más resistentes, pueden añadirse tratamientos como infiltraciones con plasma rico en plaquetas (PRP), ondas de choque extracorpóreas, uso de férulas nocturnas para mantener la fascia estirada, y fisioterapia especializada con ejercicios progresivos adaptados a cada fase del proceso.
Tratamiento quirúrgico
La cirugía se reserva para pacientes con síntomas crónicos de más de 6 meses de duración que no han respondido a un tratamiento conservador bien realizado. Las opciones incluyen en primera opción el alargamiento del gastrocnemio mediante técnicas mínimamente invasivas, las fasciotomías parciales endoscópicas, y en algunos casos, la liberación del nervio de Baxter si hay atrapamiento asociado.
Pronóstico
Con un abordaje adecuado y estructurado, más del 90% de los pacientes se recuperan sin necesidad de cirugía. La identificación y tratamiento del acortamiento del gastrocnemio, junto con medidas terapéuticas constantes, son claves para evitar que el dolor se cronifique y permitir una recuperación completa.
Conclusión
La fascitis plantar es una causa muy frecuente de dolor en el talón, pero también una de las más tratables. Un diagnóstico precoz, el reconocimiento de los factores biomecánicos implicados y la aplicación de un tratamiento individualizado permiten a la mayoría de los pacientes recuperar la función normal y retomar sus actividades sin dolor.