Dolor en la parte posterior del talón

La enfermedad de Haglund, también conocida como deformidad de Haglund o bursitis retrocalcánea, es una causa frecuente de dolor en la parte posterior del talón. Se produce por una prominencia ósea en la zona posterosuperior del calcáneo, justo donde se inserta el tendón de Aquiles. Esta protuberancia puede provocar fricción con el calzado, generando inflamación de las bursas adyacentes e irritación del tendón, lo que deriva en dolor crónico y limitación funcional.

¿Por qué aparece?

Las causas exactas de la enfermedad de Haglund no están completamente definidas, aunque se sabe que influyen factores anatómicos y biomecánicos. Algunas personas tienen una prominencia ósea natural o hereditaria en el talón, lo que favorece el roce con el calzado. El uso de zapatos con contrafuertes rígidos, como los deportivos o de vestir, puede agravar el problema. También influyen alteraciones como el acortamiento del tendón de Aquiles, la forma del calcáneo y el tipo de pie, como el pie cavo o un retropié en varo.

Síntomas

El síntoma principal es el dolor en la parte posterior del talón, sobre todo al caminar o al utilizar calzado cerrado. Puede observarse hinchazón, enrojecimiento y un bulto óseo por encima de la inserción del tendón de Aquiles. En fases avanzadas, las molestias son constantes, incluso en reposo, y pueden asociarse a degeneración o tendinopatía insercional del tendón de Aquiles, lo que complica aún más el cuadro.

Diagnóstico

El diagnóstico es fundamentalmente clínico, basado en la localización del dolor, la observación de la prominencia ósea y la respuesta a la palpación. Se complementa con pruebas de imagen como la radiografía lateral del tobillo, que permite visualizar la exostosis. La resonancia magnética es útil para valorar el estado del tendón y las bursas, mientras que la ecografía ayuda a detectar inflamación local, engrosamientos o degeneración del tendón.

Tratamiento conservador

El primer enfoque suele ser no quirúrgico. Incluye medidas como el uso de calzado con talón más blando o la colocación de taloneras que disminuyan el contacto con la protuberancia ósea. La aplicación de hielo local, la fisioterapia con estiramientos del tendón de Aquiles y del tríceps sural, así como la medicación antiinflamatoria, son estrategias habituales. En casos seleccionados, pueden utilizarse infiltraciones ecoguiadas con corticoides o plasma rico en plaquetas (PRP) para controlar la inflamación.

Tratamiento quirúrgico

Si tras varios meses de tratamiento conservador no hay mejoría, se puede plantear la cirugía. El objetivo es eliminar la prominencia ósea y tratar las estructuras inflamadas o degeneradas. Esto puede lograrse mediante exostectomía del calcáneo, y en caso de tendinopatía severa, puede realizarse desbridamiento o incluso limpieza y reanclaje del tendón de Aquiles. La elección entre técnicas abiertas o mínimamente invasivas depende de cada caso.

Rehabilitación

La rehabilitación postoperatoria es clave para una buena recuperación. Se inicia con un periodo breve de inmovilización, seguido de carga progresiva, ejercicios de movilidad, fortalecimiento y fisioterapia específica. El tiempo total de recuperación suele variar entre 8 y 12 semanas, dependiendo de la técnica quirúrgica utilizada y del estado del tendón antes de la operación.

Conclusión

La enfermedad de Haglund es una causa frecuente de dolor crónico en el talón que afecta especialmente a personas activas o que utilizan calzado inadecuado. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adaptado a cada caso permiten aliviar el dolor, evitar la progresión del daño tendinoso y recuperar la funcionalidad. En los casos en los que el tratamiento conservador no es suficiente, la cirugía ofrece resultados muy satisfactorios cuando se acompaña de una rehabilitación adecuada.

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