La artrodesis de tobillo es una técnica quirúrgica cuyo objetivo es eliminar el movimiento en la articulación del tobillo mediante la fusión de los huesos que la componen, principalmente el astrágalo y la tibia distal.
En casos más complejos, donde existe una afectación del retropié o inestabilidad avanzada, puede ser necesario extender la fusión al calcáneo, realizando una artrodesis doble que incluya tibia, astrágalo y calcáneo. Esta fusión se consigue mediante la colocación de implantes como tornillos, placas o clavos intramedulares, que estabilizan la articulación hasta que los huesos consoliden.
Aunque suena como una medida radical, esta cirugía representa una solución altamente eficaz para eliminar el dolor severo en pacientes con lesiones avanzadas del tobillo.
Las indicaciones más frecuentes incluyen artrosis avanzada, secuelas de fracturas o deformidades severas que ya no permiten un tratamiento conservador o artroplastia.
El objetivo principal es restablecer una función del pie indolora, aunque sin movimiento, que permita al paciente recuperar la capacidad de apoyar correctamente y volver a caminar con pocas limitaciones.
Además del alivio del dolor, la artrodesis también se utiliza como una técnica de corrección en deformidades rígidas que no pueden tratarse mediante procedimientos más conservadores, mejorando así la alineación y la estabilidad general del tobillo.
¿Cuándo está indicada?
Artrosis del tobillo
La artrodesis de tobillo está indicada principalmente en pacientes con artrosis del tobillo avanzada, donde el cartílago se ha desgastado completamente y la articulación presenta un dolor persistente que limita la calidad de vida.
Estos pacientes suelen tener una sintomatología marcada por rigidez, inflamación crónica y dificultad para caminar, incluso con tratamiento farmacológico y ortopédico. En estos casos, la artrodesis se convierte en la única solución efectiva para controlar el dolor y recuperar un patrón de marcha funcional.
Deformidades severas
Otro grupo habitual de indicación lo constituyen las deformidades estructurales severas del retropié, como el pie plano valgo rígido o el pie cavo varo severo. Estas alteraciones, cuando no son tratables mediante osteotomías o técnicas correctoras, pueden causar una mala alineación crónica y sobrecarga del tobillo, generando un desgaste articular acelerado. La artrodesis permite corregir el eje y redistribuir correctamente las cargas.
Secuelas traumáticas
Asimismo, es una alternativa eficaz en el tratamiento de secuelas traumáticas, especialmente en fracturas mal consolidadas, necrosis del astrágalo, lesiones osteocondrales o inestabilidades de tobillo que han evolucionado a una incongruencia articular irreversible.
Enfermedades inflamatorias
En el contexto de enfermedades inflamatorias, la afectación del tobillo puede alcanzar una gravedad considerable. La artritis reumatoide es, sin duda, la más frecuente, pero no la única. Otras patologías como la artritis psoriásica, la espondilitis anquilosante o el lupus eritematoso sistémico también pueden comprometer de forma importante la articulación del tobillo.
Estas enfermedades generan una inflamación crónica de la membrana sinovial y un deterioro progresivo del cartílago articular, lo que conlleva dolor persistente, rigidez y pérdida funcional progresiva. A pesar de los avances en terapias inmunomoduladoras y biológicas, algunos pacientes desarrollan un daño articular severo e irreversible que no responde a tratamiento médico.
En estos casos, la artrodesis de tobillo representa una opción quirúrgica eficaz para eliminar el dolor y restaurar la autonomía del paciente.
Al fijar la articulación de forma permanente, se evita el roce doloroso entre superficies óseas deterioradas, permitiendo recuperar una marcha más funcional y sin molestias, especialmente en pacientes con afectación articular avanzada secundaria a enfermedades inflamatorias sistémicas.
En todos estos contextos, el objetivo es ofrecer al paciente un tobillo estable, alineado e indoloro, aun cuando implique la pérdida de movilidad.
¿Cómo se realiza la cirugía?
La artrodesis de tobillo puede abordarse mediante diferentes técnicas, adaptadas a las características del paciente y a la complejidad del caso. Existen dos grandes enfoques: la técnica abierta y la técnica artroscópica.
La técnica abierta es la más utilizada en casos de deformidad severa o mala calidad ósea. Se realiza una incisión que permite exponer la articulación, resecar el cartílago dañado y fresar las superficies óseas hasta conseguir un contacto óptimo entre tibia y astrágalo. Posteriormente se colocan implantes de fijación, como placas de compresión o clavos intramedulares, que estabilizan la posición final del tobillo.
La técnica artroscópica, por su parte, está indicada en casos seleccionados, especialmente cuando no existen grandes deformidades. A través de pequeñas incisiones y con el uso de una cámara endoscópica, el cirujano accede al espacio articular para preparar las superficies y realizar la fusión. Esta opción suele tener menos sangrado y una recuperación más rápida en pacientes con buen estado óseo y alineación adecuada.
En mi práctica quirúrgica, cada caso se valora de forma individualizada mediante un estudio completo de imagen y análisis biomecánico. Durante la cirugía, utilizo tecnología de escopia intraoperatoria, sistemas de navegación y técnicas de fijación de alta precisión que permiten asegurar la correcta alineación y favorecer la consolidación ósea.
La cirugía se realiza habitualmente bajo anestesia regional, y el paciente debe mantener descarga parcial durante las primeras semanas, utilizando una bota CAM walker y realizando controles radiográficos seriados para valorar el proceso de consolidación.
Postoperatorio y recuperación
La duración media de consolidación suele oscilar entre 8 y 12 semanas. Durante este periodo, se realiza una rehabilitación progresiva enfocada a restaurar la fuerza, el equilibrio y la capacidad funcional. La transición al apoyo total debe ser gradual, y siempre guiada por la evolución radiológica y clínica.
Una vez consolidada la fusión, el paciente puede recuperar una marcha sin dolor, aunque con limitación del rango de movimiento. La mayoría de los pacientes logra reanudar una vida activa, incluyendo caminatas, bicicleta o incluso senderismo, siempre adaptando las actividades al nuevo patrón de movilidad.
Los controles posteriores son clave para confirmar la consolidación ósea, valorar la compensación de las articulaciones vecinas y prevenir sobrecargas secundarias.
Conclusión
La artrodesis de tobillo representa una solución sólida y eficaz ante patologías articulares avanzadas que no responden a tratamientos conservadores. Con una adecuada indicación, una técnica quirúrgica precisa y un seguimiento postoperatorio individualizado, permite a los pacientes recuperar la estabilidad y calidad de vida que habían perdido.
Se trata de una intervención compleja que requiere una alta especialización en cirugía del pie y tobillo. La experiencia del cirujano en este tipo de procedimientos es clave para obtener resultados predecibles y seguros, minimizando las complicaciones y favoreciendo una recuperación satisfactoria a largo plazo.
¿Tienes una artrosis avanzada de tobillo o una deformidad estructural severa que te impide caminar con normalidad y te causa dolor constante? Existen tratamientos eficaces que pueden ayudarte a recuperar la estabilidad y mejorar tu calidad de vida. El Dr. Miguel Ángel Román Cañada, especialista en cirugía avanzada de tobillo y pie, ofrece un enfoque personalizado y tratamientos de última generación en Sevilla. También atendemos a pacientes de Huelva y de toda Andalucía. Recupera tu estabilidad y vuelve a caminar sin dolor.