Una solución para el dolor persistente en el retropié
La artrodesis subastragalina es una técnica quirúrgica utilizada para tratar patologías dolorosas del retropié que afectan a la articulación entre el astrágalo y el calcáneo. Esta intervención tiene como objetivo fusionar dicha articulación para eliminar el dolor y estabilizar el pie, especialmente en casos donde el tratamiento conservador ha fracasado.
¿Qué es la articulación subastragalina?
La articulación subastragalina, también conocida como articulación talocalcánea, se sitúa entre el astrágalo (hueso que articula con la tibia) y el calcáneo (hueso del talón). Es esencial para la movilidad del retropié, permitiendo movimientos de inversión y eversión que ayudan al pie a adaptarse al terreno. Cuando esta articulación se encuentra degenerada o dolorosa, la movilidad puede verse reducida y cada paso se vuelve doloroso.
¿Cuándo está indicada la artrodesis subastragalina?
La artrodesis subastragalina se indica cuando existe dolor persistente en el retropié asociado a enfermedades como:
– Artrosis subastragalina postraumática (tras fracturas del calcáneo o astrágalo).
– Secuelas de pie plano rígido o deformidades estructurales.
– Inestabilidad crónica del retropié.
– Enfermedades inflamatorias o degenerativas.
– Necrosis del astrágalo con afectación de la subastragalina.
– Deformidades del retropié en pacientes con enfermedades neuromusculares.
Es una alternativa válida cuando el dolor limita la actividad diaria, interfiere con el uso del calzado o no mejora con plantillas, fisioterapia o medicación.
¿En qué consiste la cirugía?
La intervención consiste en eliminar el cartílago dañado entre el astrágalo y el calcáneo y fijar ambos huesos mediante tornillos o implantes específicos, permitiendo su fusión progresiva. La cirugía puede realizarse por vía abierta o mínimamente invasiva, según el caso. El objetivo es conseguir una alineación adecuada y una fusión sólida que elimine el movimiento doloroso.
Postoperatorio y recuperación
Tras la cirugía, se recomienda una inmovilización inicial mediante bota o escayola, y evitar la carga sobre el pie operado durante unas 6 a 8 semanas. Posteriormente, se inicia una carga progresiva y un programa de rehabilitación para mejorar el equilibrio y la función del resto del pie. La consolidación suele lograrse entre los 2 y 3 meses, aunque el proceso de adaptación funcional puede extenderse varios meses más.
Ventajas y posibles limitaciones
La principal ventaja de esta cirugía es la desaparición del dolor en la zona del retropié y la mejora en la estabilidad al caminar. Al eliminar el movimiento en una articulación ya dolorosa, se consigue una pisada más firme y funcional.
Como limitación, hay una pérdida de movilidad subtalar, aunque esta suele estar ya muy reducida en pacientes candidatos a la artrodesis. Además, en algunos casos puede aparecer sobrecarga en otras articulaciones del pie con el paso del tiempo.
¿Cuál es el pronóstico?
La artrodesis subastragalina tiene un alto porcentaje de éxito cuando está bien indicada. La mayoría de los pacientes experimentan una mejoría significativa del dolor y pueden retomar una vida activa, incluyendo caminar distancias largas o realizar actividades de bajo impacto. Un seguimiento adecuado durante el postoperatorio es clave para asegurar una correcta consolidación y evitar complicaciones.
Conclusión
La artrodesis subastragalina es una opción quirúrgica eficaz para tratar el dolor crónico en el retropié cuando otras opciones han fallado. Con una buena indicación y una técnica adecuada, permite mejorar la calidad de vida y recuperar la función en pacientes con artrosis, deformidades o secuelas postraumáticas en esta región del pie.