Artrosis en otras articulaciones del pie posterior

Además de la subastragalina, el retropié incluye otras articulaciones susceptibles de desarrollar procesos degenerativos, como la articulación talonavicular (entre el astrágalo y el escafoides) y la calcaneocuboidea (entre el calcáneo y el cuboides).

Aunque la artrosis del retropié en estas localizaciones es menos frecuente, puede tener un impacto significativo en la mecánica del pie, la movilidad y la calidad de vida.

Artrosis talonavicular

La artrosis talonavicular afecta a una articulación clave en la movilidad del mediopié, esencial para la adaptación del pie al terreno.

Cuando esta articulación se degenera, provoca una pérdida importante de movilidad y genera dolor en la parte media del pie, especialmente al caminar o estar de pie durante periodos prolongados.

Puede aparecer como parte de una artrosis global del retropié o en el contexto de un pie plano adquirido del adulto, donde el colapso del arco medial sobrecarga esta articulación.

Los síntomas incluyen dolor localizado, rigidez, dificultad para calzarse y, en ocasiones, inflamación visible. En fases avanzadas pueden observarse deformidades progresivas del arco plantar.

Artrosis calcaneocuboidea

La artrosis calcaneocuboidea afecta a la articulación que forma parte de la columna lateral del pie. Su rigidez es clave para una correcta propulsión durante la marcha.

Este tipo de artrosis suele estar relacionada con sobrecarga crónicadeformidades estructurales o secuelas postraumáticas.

Los pacientes suelen referir dolor en la parte lateral del pie, bloqueo o sensación de inestabilidad, especialmente al caminar sobre superficies duras o con calzado inadecuado.

Aunque es menos común que la artrosis talonavicular, puede ser muy incapacitante, sobre todo cuando se presenta junto con otras formas de artrosis del retropié.

Causas de artrosis en el retropié

Las causas más habituales incluyen:

  • Malformaciones estructurales como el pie plano rígido o el pie cavo.
  • Secuelas de traumatismos articulares.
  • Degeneración progresiva por sobrecarga o envejecimiento.
  • Artritis inflamatorias como la reumatoide.
  • Alteraciones en la alineación del miembro inferior o del pie.

Estas condiciones pueden afectar una o varias articulaciones del retropié simultáneamente.

Síntomas comunes

Los síntomas más frecuentes incluyen dolor en la parte media del pie o en la cara lateral del retropié, que se intensifica con la actividad prolongada.

También puede haber rigidez matutina, crujidos al mover el pie y una dificultad creciente para realizar actividades diarias como caminar, correr o permanecer de pie.

Con el tiempo, pueden aparecer deformidades visibles y un patrón de marcha anómalo, con pérdida de eficiencia y riesgo de sobrecarga en otras articulaciones.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en una evaluación clínica completa y pruebas de imagen.

Las radiografías en carga ayudan a valorar la alineación del retropié, el estado de las articulaciones y el grado de artrosis.

El TAC es útil para valorar las estructuras óseas en detalle, en el caso de la artrosis del retropié su utilidad es limitada para el diagnóstico inicial. Sin embargo, puede es muy beneficioso como herramienta de planificación preoperatoria, especialmente cuando se requiere una evaluación precisa de las superficies articulares, deformidades óseas o afectación múltiple del retropié. 

La resonancia magnética aporta información adicional sobre tejidos blandos, inflamación y lesiones asociadas.

Tratamiento de la artrosis del retropié

El tratamiento debe adaptarse a cada caso según la articulación implicada y el nivel de afectación.

En fases iniciales se recomiendan:

  • Ortesis personalizadas que descarguen las zonas dolorosas.
  • Fármacos antiinflamatorios y analgésicos.
  • Fisioterapia dirigida a mejorar la movilidad y fortalecer los músculos del pie.
  • Calzado adecuado con buen soporte y suela amortiguada.

Cuando estas medidas no son suficientes, se plantea el tratamiento quirúrgico mediante fusión articular del retropié.

La cirugía de artrodesis estabiliza la zona, elimina el dolor y mejora la función. Puede realizarse de forma aislada o combinada con otras técnicas en casos de afectación múltiple.

Conclusión

La artrosis talonavicular y la artrosis calcaneocuboidea son patologías menos frecuentes, pero relevantes dentro del grupo de las artrosis del retropié.

Con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, es posible mejorar los síntomas, prevenir complicaciones y recuperar la funcionalidad del pie.


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