El atrapamiento de nervios periféricos en el pie y tobillo es una causa frecuente de dolor, hormigueo, adormecimiento y molestias al caminar. Aunque el síndrome del túnel tarsiano es el más conocido, existen otras localizaciones donde los nervios pueden comprimirse, generando síntomas similares que dificultan el diagnóstico si no se tienen en cuenta. Un reconocimiento precoz y un diagnóstico adecuado son fundamentales para evitar que el daño neurológico se vuelva permanente.
Síndrome del canal de Baxter
Es el segundo atrapamiento nervioso más frecuente en el pie después del túnel tarsiano. Afecta a una rama del nervio tibial que inerva el músculo abductor del dedo gordo, y con frecuencia se confunde con fascitis plantar. El dolor suele localizarse en el talón, especialmente en la cara interna, con irradiación hacia el arco plantar. Tiende a empeorar con la actividad física o al estar de pie durante mucho tiempo. En algunos casos puede apreciarse debilidad en el abductor del primer dedo, lo que orienta el diagnóstico hacia esta patología.
Atrapamiento del nervio peroneo superficial
Este nervio puede comprimirse al atravesar la fascia del compartimento lateral de la pierna, generando dolor y alteraciones sensitivas como hormigueo o adormecimiento en la cara lateral del tobillo y el dorso del pie. El paciente suele referir molestias al correr o realizar movimientos repetitivos, y la presión directa sobre el trayecto del nervio puede desencadenar el dolor. También puede incrementarse al estirar el nervio o por compresión mantenida en esa región.
Atrapamiento del nervio sural
El nervio sural recorre la parte posterior-lateral del tobillo y puede verse comprometido a nivel del maléolo lateral o más distalmente. Al ser un nervio exclusivamente sensitivo, su compresión no afecta la fuerza muscular, pero puede provocar molestias intensas. Los síntomas incluyen dolor y parestesias en la zona posterolateral del tobillo o borde externo del pie, que se acentúan con el uso de calzado ajustado o la actividad física. Este tipo de atrapamiento puede aparecer tras esguinces de repetición o como secuela de cirugías en el tobillo.
Atrapamiento del nervio peroneo profundo
El nervio peroneo profundo puede comprimirse en el dorso del pie, justo bajo el retináculo extensor inferior. Produce síntomas característicos como hormigueo o pérdida de sensibilidad en el espacio interdigital entre el primer y segundo dedo. El dolor se localiza en el dorso del pie y suele agravarse con el uso de calzado apretado o durante actividades como correr. Es un cuadro que puede verse en corredores de fondo o en personas que utilizan calzado inadecuado de forma prolongada.
Diagnóstico
El diagnóstico de los atrapamientos nerviosos se basa en una correcta exploración clínica, con evaluación de la sensibilidad, puntos de dolor y maniobras específicas de provocación. Las pruebas complementarias como la electromiografía (EMG) permiten estudiar la conducción del nervio afectado y confirmar el diagnóstico. Además, la ecografía de alta resolución y la resonancia magnética son útiles para visualizar estructuras vecinas que puedan estar comprimiendo el nervio, como gangliones, osteofitos o fibrosis postraumática.
Tratamiento
El manejo inicial suele ser conservador, incluyendo reposo relativo, modificación del calzado, fisioterapia con técnicas de movilización neural y uso de antiinflamatorios. En algunos casos, se realizan infiltraciones locales con anestésicos y corticoides para aliviar el dolor y reducir la inflamación. Cuando el tratamiento conservador fracasa o existe una compresión estructural evidente, se puede plantear la liberación quirúrgica del nervio afectado.
Conclusión
Los atrapamientos nerviosos en el pie y tobillo representan una causa frecuente de dolor crónico y alteraciones sensoriales que, si no se diagnostican correctamente, pueden confundirse con otras patologías. Reconocer estas entidades permite ofrecer un tratamiento específico, evitar errores diagnósticos y mejorar significativamente la calidad de vida del paciente. Con una detección precoz y un manejo adecuado, la mayoría de los pacientes experimenta una mejoría notable de sus síntomas.