Una lesión compleja del talón
Las fracturas de calcáneo son lesiones graves que afectan al hueso del talón, el mayor del pie. Este tipo de fractura puede tener un gran impacto funcional, ya que el calcáneo es clave en la biomecánica de la marcha y la distribución del peso corporal. La mayoría se produce por traumatismos de alta energía, como caídas desde altura o accidentes de tráfico.
¿Qué es el calcáneo?
El calcáneo es el hueso que forma la parte posterior del pie y constituye el talón. Se articula con el astrágalo (articulación subastragalina) y el cuboides, y está rodeado por estructuras importantes como el tendón de Aquiles y el nervio tibial posterior. Su función es fundamental en la absorción de cargas al caminar.
Causas más frecuentes
Las fracturas de calcáneo suelen producirse por caídas desde altura que impactan directamente en los talones, por accidentes de tráfico o por actividades laborales o deportivas con riesgo de traumatismos verticales. En menor medida, también pueden aparecer tras traumatismos de baja energía en personas con huesos debilitados por osteoporosis.
Síntomas
Tras el traumatismo, el paciente suele experimentar un dolor intenso en el talón, acompañado de una hinchazón importante en la zona del retropié. A menudo, se produce una incapacidad para apoyar el pie y, en casos más graves, puede observarse una deformidad visible o hematomas. Un signo característico es el dolor al comprimir los lados del talón, conocido como signo de compresión positiva.
Diagnóstico
El diagnóstico comienza con radiografías en carga, especialmente en vistas lateral, axial y anteroposterior del retropié. Sin embargo, la prueba más importante es el TAC, que permite evaluar con precisión el patrón de fractura, el grado de conminución y el desplazamiento articular. Para descartar lesiones de partes blandas asociadas, puede utilizarse la resonancia magnética (RMN).
Clasificación
La clasificación más utilizada para estas fracturas es la de Sanders, que se basa en las imágenes obtenidas por TAC. Esta clasificación diferencia las fracturas intraarticulares según el número de fragmentos y su desplazamiento, lo que ayuda a guiar el tratamiento quirúrgico.
Tratamiento conservador
Está indicado en fracturas no desplazadas o en pacientes con bajo requerimiento funcional o con alto riesgo quirúrgico. El tratamiento incluye la inmovilización del pie con férula o bota, reposo con elevación del miembro afectado, aplicación de frío para controlar el edema, y una carga progresiva del peso corporal a partir de la sexta a octava semana. La fisioterapia desempeña un papel fundamental para recuperar la movilidad y la fuerza del pie.
Tratamiento quirúrgico
Se reserva para fracturas desplazadas intraarticulares, en casos con pérdida de altura o alineación del calcáneo, conminución con afectación de la articulación subastragalina, o cuando el tratamiento conservador fracasa y persiste el dolor. Las técnicas quirúrgicas incluyen la reducción abierta con fijación interna (RAFI) mediante placas y tornillos, la osteosíntesis con técnica mínimamente invasica en fracturas seleccionadas, y, en casos de severa destrucción del calcaneo, la artrodesis subtalar.
Complicaciones
Entre las complicaciones más frecuentes se encuentran la artrosis postraumática subtalar, la infección de partes blandas, especialmente en intervenciones abiertas, y la pérdida de altura o consolidación defectuosa del hueso. También pueden aparecer dolor crónico, síndrome de pinzamiento lateral o, en situaciones más graves, un síndrome compartimental, que constituye una urgencia quirúrgica.
Rehabilitación
El proceso de rehabilitación comienza con una fase de inmovilización y reposo, seguida del control del edema y la protección de la herida quirúrgica. La carga del peso corporal se introduce de manera progresiva, según la evolución de la consolidación ósea. La fisioterapia es esencial para recuperar la movilidad articular, fortalecer la musculatura y reeducar la marcha.
Pronóstico
El pronóstico varía en función del tipo de fractura, la calidad de la reducción y el estado general del paciente. Las fracturas simples suelen tener una evolución más favorable. Sin embargo, en casos con conminución o mala reducción pueden persistir el dolor crónico y desarrollarse artrosis secundaria. Un tratamiento adecuado mejora significativamente la funcionalidad y reduce las secuelas a largo plazo.
Conclusión
Las fracturas de calcáneo requieren una evaluación cuidadosa, ya que pueden comprometer gravemente la funcionalidad del pie. Un diagnóstico precoz, un tratamiento adecuado y una buena rehabilitación son claves para lograr una recuperación completa y prevenir complicaciones futuras.