Dolor en la parte delantera del tobillo al flexionar

¿Qué es el impingement anterior?


El impingement anterior de tobillo es una causa frecuente de dolor persistente en la parte delantera del tobillo, especialmente en personas activas, deportistas y pacientes con antecedentes de esguinces previos. Esta patología, también conocida como síndrome de pinzamiento anterior, se produce por el atrapamiento de tejidos blandos o estructuras óseas entre la tibia y el astrágalo durante los movimientos de flexión dorsal del tobillo.

Con el tiempo, este atrapamiento repetido genera inflamación, engrosamiento sinovial o incluso formaciones óseas (osteofitos) que limitan el movimiento, causan dolor y reducen la funcionalidad del tobillo. Es una patología progresiva que, si no se trata adecuadamente, puede limitar seriamente la actividad física y afectar la calidad de vida.

Fotografía médica que muestra la región anterior del tobillo, zona habitual de dolor en el pinzamiento anterior

¿Por qué se produce el impingement anterior?

Las causas más habituales del impingement anterior de tobillo son los microtraumatismos repetidos, como los que se producen en deportes con saltos, giros o impactos frecuentes (fútbol, ballet, atletismo), y los esguinces mal curados. Estos movimientos generan compresión repetida entre los márgenes anteriores de la tibia y el astrágalo, lo que puede desencadenar inflamación crónica, sinovitis o incluso formación de espolones óseos.

También puede presentarse tras fracturas, cirugías previas o alteraciones de la biomecánica del pie y el tobillo.

Síntomas más frecuentes


El síntoma más característico del impingement anterior de tobillo es el dolor localizado en la parte anterior del tobillo, que se presenta de forma intensa al realizar movimientos que implican flexión dorsal, como subir escaleras, correr, hacer sentadillas o simplemente flexionar el tobillo hacia arriba.

Además del dolor, muchos pacientes refieren una sensación de tope mecánico que impide completar el movimiento de forma fluida. Esta limitación puede acompañarse de bloqueo articular, es decir, episodios en los que el tobillo parece «atascarse» momentáneamente, y de rigidez matutina o tras periodos de inactividad.

Con el tiempo, se puede observar una pérdida progresiva de la movilidad articular, lo que compromete actividades cotidianas y deportivas. También es habitual la presencia de inflamación persistente, que se manifiesta como hinchazón visible y molestias al tacto en la región anterior del tobillo.

Diagnóstico


El diagnóstico del impingement anterior de tobillo se fundamenta en una adecuada correlación entre la historia clínica, la exploración física y las pruebas de imagen. A continuación se detallan los principales métodos diagnósticos:

Historia clínica y exploración física

Es fundamental identificar antecedentes de esguinces previos, dolor anterior crónico o limitación funcional al realizar dorsiflexión. Durante la exploración, el dolor se reproduce típicamente al realizar maniobras de flexión dorsal forzada con el pie en carga.

Radiografías en carga

Las radiografías simples en carga son esenciales como primer paso diagnóstico. Permiten detectar la presencia de osteofitos anteriores, alteraciones estructurales y evaluar la alineación global del tobillo en una situación funcional. Esta imagen es clave para valorar si existe pinzamiento óseo en el movimiento.

Resonancia magnética

La resonancia magnética proporciona una visión detallada de los tejidos blandos. Permite identificar signos de sinovitis crónica, edema óseo, lesiones osteocondrales o afectación del cartílago articular. Es especialmente útil para planificar el tratamiento, sobre todo si hay sospecha de lesiones asociadas.

Tomografía axial computarizada (TAC)

En los casos complejos, el TAC ofrece una imagen tridimensional de alta resolución del contorno óseo del tobillo. Es de gran utilidad para valorar con precisión el tamaño, la localización y la extensión de los espolones óseos o para planificar la resección quirúrgica en pacientes con impingement de predominio óseo.

Tratamiento conservador

El tratamiento conservador está indicado principalmente en las fases iniciales de la patología o cuando los síntomas son leves y no limitan significativamente la funcionalidad. El objetivo es reducir la inflamación, mejorar la movilidad y prevenir la progresión del pinzamiento.

  • Reposo relativo: Es fundamental evitar actividades que provoquen el dolor, especialmente aquellas que impliquen movimientos repetitivos de dorsiflexión o impacto, como correr o saltar. Sin embargo, no se recomienda la inmovilización total prolongada.
  • Fisioterapia específica: Incluye técnicas de movilización articular, estiramientos del complejo gastro-sóleo, trabajo de propiocepción y ejercicios funcionales adaptados al grado de dolor. Un plan fisioterapéutico adecuado puede mejorar notablemente la mecánica del tobillo y reducir la sintomatología.
  • Ejercicios de dorsiflexión y control neuromuscular: Se centran en restaurar el rango de movilidad sin dolor, mejorar la coordinación muscular y readaptar la funcionalidad del tobillo para evitar recaídas. Son clave para una recuperación duradera.
  • Terapia regenerativa (en casos indicados): Se puede valorar la utilización de infiltraciones intraarticulares con plasma rico en plaquetas (PRP) o factores de crecimiento, que favorezcan la regeneración del tejido sinovial o reduzcan la inflamación, en pacientes con signos precoces sin afectación estructural severa.
  • AINEs o infiltraciones localizadas: El uso de antiinflamatorios no esteroideos por vía oral puede ser útil en momentos de reagudización. Las infiltraciones con corticoides pueden aliviar temporalmente los síntomas en casos seleccionados, aunque su uso debe ser muy restringido y siempre bajo control médico.

Tratamiento quirúrgico

Cuando el tratamiento conservador no consigue aliviar los síntomas o el impingement está avanzado, puede ser necesario recurrir a la cirugía. La técnica más utilizada y eficaz es la artroscopia anterior de tobillo, un procedimiento mínimamente invasivo que ha revolucionado el abordaje de esta patología.

La artroscopia anterior permite acceder a la articulación mediante pequeñas incisiones, introduciendo una cámara y microinstrumental para visualizar y tratar directamente las estructuras afectadas. Gracias a esta técnica, es posible eliminar osteofitos anteriores, resecar tejido sinovial inflamado, liberar adherencias y restaurar el espacio articular con gran precisión.

Este tipo de intervención presenta múltiples ventajas: menor agresión quirúrgica, menor dolor postoperatorio, menor riesgo de complicaciones y una recuperación funcional más rápida, lo que facilita la reincorporación a la actividad diaria o deportiva en menos tiempo.

En casos más complejos o cuando existe una deformidad ósea importante que no puede abordarse de forma satisfactoria por vía artroscópica, puede valorarse la cirugía abierta. Esta opción se reserva para situaciones donde se requiere una resección extensa o reconstrucción anatómica del margen anterior del tobillo.

Recuperación y pronóstico

La recuperación funcional tras una artroscopia anterior de tobillo suele ser rápida y progresiva, especialmente cuando se inicia un protocolo de fisioterapia postoperatoria específica de forma precoz. Esta fisioterapia incluye movilización temprana, ejercicios de carga progresiva, trabajo propioceptivo y readaptación funcional para garantizar una reincorporación segura a la actividad física.

En la mayoría de los casos, los pacientes experimentan una mejoría significativa del dolor y una recuperación del rango de movilidad en poco tiempo. El pronóstico es muy favorable cuando se actúa precozmente y se siguen las pautas de rehabilitación de forma adecuada, reduciendo así el riesgo de recurrencias o complicaciones.

Conclusión

El impingement anterior de tobillo es una causa frecuente de dolor crónico en la parte delantera del tobillo, especialmente en personas activas o deportistas. Un diagnóstico adecuado y un tratamiento precoz permiten recuperar la movilidad y evitar complicaciones a largo plazo. En Sevilla, el Dr. Miguel Ángel Román Cañada evalúa cada caso de forma individualizada, ofreciendo tratamientos conservadores o quirúrgicos según la situación clínica. También atendemos a pacientes de Huelva y toda Andalucía.

¿Notas dolor al flexionar el tobillo o sientes un tope que te impide avanzar con normalidad? El Dr. Román Cañada puede ayudarte con una valoración experta y soluciones adaptadas a tu caso. Consulta en Sevilla, también para pacientes de Huelva y toda Andalucía.

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