Neuroma de Morton: Dolor entre los dedos del pie
El neuroma de Morton es una causa frecuente de dolor en la parte anterior del pie. Se localiza concretamente entre los dedos y puede llegar a afectar seriamente la calidad de vida del paciente.
Se trata de un engrosamiento del tercer nervio interdigital, situado entre el tercer y cuarto dedo del pie. Esta estructura nerviosa se inflama debido a una compresión repetida, que puede agravarse con el uso de calzado inadecuado o por alteraciones en la biomecánica del pie.
Aunque menos frecuente, también puede presentarse el neuroma de Hauser, que se origina por el engrosamiento del segundo nervio interdigital y provoca síntomas similares en la zona entre el segundo y tercer dedo del pie.
Aunque es una patología benigna, sus síntomas pueden ser muy molestos. El paciente puede experimentar sensación de pinchazo, quemazón o descarga eléctrica entre los dedos del pie.
Muchas personas lo describen como si llevaran «una piedrecita en el zapato» de forma constante. Esa incomodidad se vuelve más evidente al caminar o al estar de pie durante mucho tiempo.
¿Por qué aparece el neuroma de Morton?
El neuroma de Morton se origina por la irritación continua del tercer nervio interdigital, una estructura nerviosa situada entre el tercer y cuarto dedo del pie. Durante la marcha o al apoyar el peso corporal, este nervio queda comprimido entre los huesos metatarsianos, lo que desencadena un proceso inflamatorio doloroso que, con el tiempo, puede volverse crónico si no se corrige la causa mecánica.
El uso continuado de calzado estrecho o con tacón alto representa una causa muy común de esta patología, siendo especialmente prevalente entre las mujeres debido a patrones habituales de calzado en este grupo.
Algunas alteraciones estructurales del pie, como el pie plano o el pie cavo, pueden modificar la distribución del apoyo y aumentar la presión sobre los nervios interdigitales. Esta sobrecarga mecánica contribuye significativamente al desarrollo del neuroma de Morton.
Por otro lado, actividades que implican impactos repetidos sobre el antepié —como caminar largas distancias, correr o practicar deportes de forma intensa— también pueden irritar el nervio. Este riesgo se incrementa cuando no se emplean plantillas ortopédicas adecuadas o el calzado no ofrece el soporte necesario.
¿Qué síntomas provoca?
El síntoma más característico del neuroma de Morton es un dolor agudo o punzante que se localiza entre los dedos del pie, especialmente entre el tercero y el cuarto. Este dolor suele intensificarse al caminar, al correr o al utilizar zapatos estrechos, lo que genera una presión directa sobre la zona comprometida.
Además del dolor, muchos pacientes describen sensaciones como hormigueo, entumecimiento o una especie de descarga eléctrica que se extiende por la zona del antepié. En ocasiones, también pueden percibir un «click» interno al caminar, que corresponde al roce del nervio engrosado entre los huesos metatarsianos.
En las fases iniciales, estas molestias pueden aparecer únicamente con ciertas actividades o tras estar mucho tiempo de pie. Sin embargo, si no se corrige la causa, el dolor tiende a cronificarse, pudiendo manifestarse incluso en reposo.
Cuando la compresión del nervio es constante, el malestar llega a interferir con tareas tan básicas como caminar, conducir o simplemente mantenerse de pie durante unos minutos.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del neuroma de Morton se basa principalmente en la evaluación clínica. La exploración física y la descripción detallada de los síntomas por parte del paciente son fundamentales para orientar el diagnóstico.
Durante la exploración clínica, se aplica presión entre los huesos metatarsianos para comprobar si se reproduce el dolor característico. Esta respuesta suele considerarse indicativa del neuroma de Morton y, en muchos casos, permite orientar el diagnóstico de forma fiable sin necesidad de pruebas complementarias.
Si bien en ocasiones se puede recurrir a estudios de imagen, como la resonancia magnética (RNM) o la ecografía, esto suele reservarse para casos en los que persisten dudas diagnósticas o se sospechan otras lesiones asociadas de partes blandas. Estas técnicas permiten visualizar el engrosamiento del nervio o identificar patologías concomitantes, aportando información complementaria útil.
Por el contrario, el TAC no resulta de utilidad en el estudio del neuroma de Morton, ya que no proporciona datos relevantes sobre las estructuras nerviosas implicadas. Por ello, salvo excepciones, no se solicita.
En resumen, la mayoría de los casos pueden diagnosticarse de forma eficaz mediante una buena anamnesis y una exploración minuciosa, sin necesidad de pruebas complementarias.
¿Cuál es el tratamiento?
En las fases iniciales del tratamiento, se recurre habitualmente a medidas conservadoras. Lo primero es adaptar el calzado, eligiendo modelos más anchos y con una suela acolchada, que reduzcan la presión directa sobre el antepié.
Las plantillas ortopédicas personalizadas juegan un papel importante, ya que ayudan a redistribuir las cargas y alivian la zona afectada. En ocasiones, se combinan con infiltraciones locales de corticoides o antiinflamatorios, que pueden reducir el proceso inflamatorio de forma puntual.
La fisioterapia especializada también es una herramienta muy útil, ya que puede contribuir a disminuir la presión sobre el nervio a través de técnicas de movilización, neuromodulación y ejercicios de descarga. Cuando se actúa a tiempo, estas estrategias conservadoras permiten controlar los síntomas con éxito en la mayoría de los casos.
Si el dolor persiste a pesar de estas medidas o interfiere significativamente con la calidad de vida del paciente, se valora la opción quirúrgica.
Existen dos técnicas quirúrgicas principales para tratar el neuroma de Morton, y su elección depende del tamaño de la lesión y de las características clínicas del paciente.
Cuando el neuroma es de pequeño tamaño, puede optarse por una intervención menos invasiva que consiste en la liberación del nervio mediante una retinaculotomía dorsal. Esta técnica se basa en seccionar el ligamento intermetatarsiano que comprime el nervio, permitiendo así aliviar la presión sin necesidad de extirpar el neuroma.
En casos donde el neuroma es de mayor tamaño o las molestias persisten a pesar de otros tratamientos, se recurre a la extirpación completa del neuroma. Esta técnica elimina directamente el foco de irritación y suele ofrecer una resolución más definitiva del problema.
¿Cuál es la evolución del neuroma de Morton?
El pronóstico del neuroma de Morton suele ser favorable si se detecta de forma precoz y se aplican las medidas terapéuticas adecuadas. En fases iniciales, el tratamiento conservador permite controlar los síntomas y evitar que el proceso se agrave.
Entre las estrategias más efectivas se encuentran el uso de plantillas ortopédicas personalizadas, el cambio a un calzado más adecuado, las infiltraciones localizadas y la fisioterapia especializada.
En los casos en los que estas medidas no logran un alivio suficiente o el dolor afecta de forma importante la calidad de vida del paciente, puede optarse por el tratamiento quirúrgico.
Esta intervención, generalmente ambulatoria y realizada con anestesia local o regional, permite obtener una mejoría sostenida en la mayoría de los casos. La reincorporación a las actividades cotidianas suele producirse de forma progresiva, en cuestión de semanas.
La elección de la técnica quirúrgica más apropiada dependerá de diversos factores, como el tamaño del neuroma o la evolución clínica previa. En neuromas de pequeño tamaño, se puede realizar una liberación del ligamento intermetatarsiano, mientras que en neuromas más grandes o refractarios, se opta por su extirpación completa. Ambas técnicas, cuando se realizan por manos expertas, ofrecen buenos resultados funcionales.
Además del tratamiento, la prevención juega un papel clave. Elegir un calzado adecuado que no genere compresión en el antepié y consultar ante las primeras molestias son medidas que pueden evitar la progresión del cuadro y mejorar la evolución general de esta patología.
Conclusión
El neuroma de Morton es una causa común de dolor en la zona anterior del pie que, si se detecta a tiempo, puede tratarse con excelentes resultados. Reconocer los síntomas de forma temprana y acudir a una valoración especializada permite evitar la cronificación del dolor y recuperar la calidad de vida del paciente.
El Dr. Miguel Ángel Román Cañada, especialista en cirugía avanzada de pie y tobillo, ofrece atención personalizada en Sevilla para esta patología. También recibe pacientes de Huelva y del resto de Andalucía. Solicita tu valoración sin compromiso.
¿Notas un dolor punzante o sensación de descarga entre los dedos del pie al caminar o estar de pie? Podrías estar sufriendo un neuroma de Morton. Consulta con un especialista en cirugía de pie y tobillo para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adaptado a tus necesidades. Recupera tu bienestar y vuelve a caminar sin molestias.