Preguntas frecuentes sobre cirugía de pie y tobillo

¿Tienes dudas antes de una cirugía? Es normal. En esta sección encontrarás respuestas claras a las preguntas más frecuentes sobre intervenciones en el pie y tobillo: desde la preparación previa, hasta la recuperación y el regreso a tus actividades cotidianas.

El Dr. Miguel Ángel Román Cañada, especialista en cirugía avanzada de pie y tobillo en Sevilla, responde a las inquietudes más habituales que tienen los pacientes antes, durante y después de la operación. Si vives en Sevilla, Huelva o cualquier otra zona de Andalucía, este contenido está pensado especialmente para ti.

¿Para qué sirve esta sección?

Antes de cualquier intervención quirúrgica es natural sentirse inseguro o no saber exactamente qué esperar. Conocer bien el proceso ayuda a reducir el estrés, colaborar mejor con el equipo médico y favorecer una recuperación más rápida.

Por eso hemos recopilado las cuestiones que más suelen plantear los pacientes: qué pruebas son necesarias, si puedes conducir después de la cirugía, cómo cuidar el vendaje, cuándo volver a caminar o a hacer deporte… Todas estas dudas y muchas más están resueltas de forma sencilla, agrupadas por etapas del tratamiento.

Cómo usar este contenido

Haz clic en cada pregunta para ver su respuesta. Están organizadas en tres bloques principales:

Si tu duda no aparece, al final de esta página encontrarás un botón directo para contactar con el Dr. Román y solicitar una valoración personalizada.

Atención especializada en Sevilla, para pacientes de toda Andalucía

El Dr. Román Cañada atiende en el centro de Sevilla, en la Clínica Ruiz Garzón. Muchos de sus pacientes llegan desde Huelva, Cádiz, Córdoba y otras provincias andaluzas buscando una atención médica rigurosa y cercana. Si es tu caso, no dudes en preguntar cualquier cosa relacionada con tu intervención.

¿No encuentras tu pregunta?

Al final de esta página tienes acceso directo para pedir cita o enviar tu consulta. El equipo médico estará encantado de ayudarte.



PREPARACIÓN PARA UNA CIRUGÍA DE PIE O TOBILLO


Normalmente se solicitan análisis de sangre, electrocardiograma y, en algunos casos, una radiografía del tórax. Estas pruebas permiten confirmar que estás en condiciones adecuadas para someterte a una cirugía segura.

Sí, pero es importante que estas enfermedades estén bien controladas antes de la intervención. Tu médico puede coordinarse con tu especialista para ajustar la medicación si es necesario.

Algunos medicamentos deben suspenderse antes de la cirugía, especialmente los anticoagulantes y ciertos fármacos que actúan sobre el sistema inmunitario, como los medicamentos biológicos indicados para tratar enfermedades inflamatorias tipo artritis. Los antiinflamatorios, en la medida de lo posible es recomendable suspenderlos 24 horas antes ya que pueden aumentar el riesgo de sangrado.

Sin embargo, otros medicamentos deben tomarse el mismo día de la intervención, con un pequeño sorbo de agua. Esto incluye los antihipertensivos, medicación para el corazón, tiroides, colesterol, colirios oculares… En cualquier caso, no dejes de tomar ni modifiques nada sin consultarlo antes con tu cirujano o anestesista.

Sí, en la mayoría de los casos. Se suspende unos días antes, según el tipo de anticoagulante y tus antecedentes. Esto siempre se hace bajo supervisión médica para evitar riesgos.

Lo ideal es dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol al menos dos semanas antes. Fumar dificulta la cicatrización y puede aumentar el riesgo de complicaciones.

Sí. Debes estar en ayunas unas 8 horas antes de la cirugía. No comas ni bebas nada desde la medianoche anterior, salvo que te indiquen lo contrario.


Es importante que retires cualquier tipo de esmalte, gel o uña postiza al menos de una uña (preferiblemente el índice de una mano). Esto se debe a que durante la intervención se utiliza un sensor llamado pulsioxímetro que se coloca en el dedo para controlar tus niveles de oxígeno. Si la uña está pintada, cubierta con gel, acrílico o cualquier otro material, el sensor puede no funcionar correctamente. Por seguridad, es mejor acudir con las uñas naturales o, al menos, dejar una libre de producto.

Trae tu documentación médica (autorizaciones, estudio preanestésico, consentimientos informados firmados, pruebas de imagen…), lista de medicamentos, objetos personales básicos y ropa cómoda. Si te vas a casa ese mismo día, asegúrate de venir acompañado/a.


Sí, es fundamental que traigas el consentimiento informado debidamente firmado. Este documento refleja que has recibido toda la información sobre tu cirugía, que comprendes en qué consiste y que estás de acuerdo en realizarla. En muchos centros es obligatorio presentarlo antes de pasar a quirófano, así que asegúrate de llevarlo contigo el día de la intervención.

Es importante que acudas acompañado el día de la cirugía, especialmente si se realiza con anestesia loco-regional o sedación. Además de ayudarte con los trámites iniciales y el traslado al domicilio tras el alta, tu acompañante servirá como apoyo emocional y será quien reciba las indicaciones postoperatorias si tú aún estás en recuperación. Por seguridad, no se permite que el paciente regrese solo a casa tras una intervención.

No. Aunque te sientas bien, la anestesia y el dolor afectan tus reflejos. Es imprescindible que otra persona te lleve a casa tras la cirugía.

En ocasiones, la hora inicialmente prevista para tu intervención puede sufrir retrasos por causas médicas o logísticas. Esto es algo habitual en los hospitales, ya que cada procedimiento requiere un tiempo variable y pueden surgir imprevistos. Te pedimos paciencia y comprensión: estarás informado en todo momento y recibirás atención adecuada antes, durante y después de tu cirugía. El equipo quirúrgico velará por tu seguridad y comodidad en todo momento.

Antes de ser trasladado al quirófano, es recomendable que vayas al baño, retires cualquier prótesis dental o accesorio (pendientes, cadenas, gafas, lentillas) y te pongas el camisón o ropa quirúrgica que te facilitarán en la planta. El personal de enfermería verificará tus datos, la zona a intervenir, y se encargará de administrarte la medicación necesaria según el protocolo anestésico.


DURANTE LA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA

Depende del tipo de anestesia. En muchas cirugías de pie se utiliza anestesia regional poplítea, por lo que estarás despierto pero sin sentir nada de la rodilla hacia abajo. También puedes recibir sedación para estar relajado.

En la mayoría de los casos se utiliza un bloqueo nervioso en la pierna a nivel posterior de la rodilla. Hay cirugías que requieren que todo el miembro esté anestesiado, realizándose entonces una anestesia raquídea. La anestesia general solo se usa en situaciones muy ocasionales.

Depende del tipo de intervención, pero la mayoría de las cirugías de pie duran entre 30 minutos y 2 horas. El tiempo puede variar según la complejidad del caso.

No. Con la anestesia adecuada, no sentirás ningún dolor durante la operación. Además, suelen administrarse calmantes para garantizar tu comodidad.

Sí. Al entrar en quirófano, se coloca una vía intravenosa en el brazo o la mano para administrarte medicación y líquidos durante la intervención.

En muchas cirugías de pie se emplean tornillos, placas u otros materiales para fijar los huesos en las posiciones adecuadas. Estos implantes son seguros y normalmente se dejan de forma permanente. En raras ocasiones es necesario su retirada y en los casos que se retira, suele ser por molestias del implante al rozar o presionar el calzado.

El sangrado suele ser mínimo gracias a técnicas que controlan el flujo sanguíneo durante la cirugía. Se utiliza un torniquete que reduce la pérdida de sangre.

Sí. Al final de la operación se coloca un vendaje compresivo, una férula o una bota postoperatoria, según el tipo de cirugía.

Como en cualquier cirugía, existe cierto riesgo, aunque es muy bajo. Tu cirujano tomará todas las medidas para minimizarlo y explicarte los posibles efectos secundarios.

Las cicatrices suelen ser pequeñas y están colocadas en zonas poco visibles. Con el tiempo, muchas se vuelven casi imperceptibles.


RECUPERACIÓN TRAS UNA CIRUGÍA DE PIE O TOBILLO

Es normal sentir algo de dolor los primeros días, pero suele controlarse bien con la medicación que te indicaremos. En la gran mayoría de casos, el dolor es mucho menor de lo que el paciente espera.

Te daremos una pauta con analgésicos, antiinflamatorios y, si es necesario, antibióticos. Es importante seguir las indicaciones para controlar el dolor y evitar complicaciones.


Depende del tipo de cirugía realizada, pero la tendencia actual es evitar manipular el vendaje durante los primeros días. Se ha demostrado que retrasar la primera cura no solo no incrementa el riesgo de infección o sangrado, sino que incluso puede reducirlo, ya que se favorece la formación natural de una primera capa protectora sobre la herida.
No debes retirar el vendaje por tu cuenta ni intentar curarte sin consultar previamente con tu cirujano.


No recomiendo que el paciente se duche durante las dos primeras semanas tras la cirugía. Durante este periodo, es preferible realizar la higiene personal mediante aseo por partes, evitando el contacto directo del agua con la zona operada.
Aunque existen bolsas protectoras para cubrir el vendaje, en la práctica no siempre ofrecen una protección eficaz y es frecuente que se humedezcan, lo que puede comprometer la correcta evolución de la herida.


Si accidentalmente se moja el vendaje, es fundamental retirarlo con cuidado y dejar la herida al aire para que se seque. Aunque no se trata de una urgencia vital, debe acudir al hospital lo antes posible para que un profesional le coloque un nuevo vendaje limpio y seco que garantice una correcta protección de la zona operada.


La fecha de la primera revisión tras la cirugía puede variar según el tipo de intervención realizada.

En las cirugías del antepié, lo más habitual es realizar una primera valoración alrededor de la primera semana. En otros procedimientos, se suelen realizar curas semanales por enfermería y la revisión médica se programa al mes aproximadamente.
En cualquier caso, la información específica sobre tu seguimiento aparecerá detallada en el documento de alta quirúrgica que se te entregará tras la intervención.

Depende del tipo de operación. Algunas permiten apoyo inmediato con calzado especial, mientras que otras requieren reposo sin carga durante varias semanas.

Sí, en muchos casos se utilizan muletas, una bota ortopédica o un zapato postoperatorio para proteger el pie durante la recuperación. Te indicaremos lo que necesitas.

Por lo general, sobre 4 semanas. La duración exacta depende del tipo de cirugía y de cómo evoluciones. Se ajustará según tus revisiones.

En algunas cirugías sí, siempre con el calzado adecuado. En otras, deberás esperar unas semanas. Cada caso es distinto, por eso te explicaremos bien tu situación.

La evolución de la inflamación tras una cirugía del pie varía mucho de un paciente a otro y depende de múltiples factores. La edad, el tipo de intervención realizada y la existencia o no de problemas circulatorios son elementos clave que influyen directamente en el tiempo de recuperación.
En el caso de las cirugías del antepié, lo más habitual es que la inflamación comience a reducirse de forma significativa a partir del segundo o tercer mes.
Sin embargo, en otros procedimientos más complejos o extensos, este proceso puede ser notablemente más lento.
De forma general, se considera normal que persistan trastornos inflamatorios intermitentes durante varios meses, e incluso hasta el año completo tras la intervención, especialmente al final del día o con la actividad prolongada.


En algunos casos, el uso de correctores nocturnos puede ser beneficioso durante la fase de recuperación. Estas férulas suaves ayudan a mantener la alineación del dedo gordo mientras duermes y favorecen una recuperación más estable tras la cirugía. No siempre son necesarios, pero pueden ser útiles en casos seleccionados si se usan de forma controlada. Tu cirujano te indicará si es conveniente utilizarlos en tu caso y durante cuánto tiempo.

Una vez retirado el zapato quirúrgico, es importante utilizar calzado cómodo, con suela rígida y buen espacio para los dedos. Se debe evitar cualquier zapato estrecho, con puntera cerrada o que genere presión sobre la zona intervenida. Lo ideal es comenzar con calzado deportivo o sandalias ortopédicas con buena amortiguación y sujeción.


Sí, una vez completado el proceso de recuperación y según el tipo de cirugía que te hayas realizado, el calzado tipo barefoot puede ser una excelente opción. Este tipo de calzado, que imita la forma natural del pie y permite un movimiento más libre y fisiológico, favorece la activación muscular y la propiocepción. Eso sí, debe introducirse de forma progresiva y siempre con el visto bueno de tu cirujano. Lo recomiendo tras la retirada del zapato postoperatorior y es muy beneficioso a medio y largo plazo para mantener una buena salud del pie.

Sí, es habitual que al abandonar el zapato postoperatorio aparezca un repunte de las molestias o aumento de la inflamación. Esto se debe a que el pie empieza a apoyar de forma más natural y a recibir cargas nuevas. Estas molestias suelen ceder progresivamente en los días o semanas siguientes. Elevar el pie y aplicar frío ayuda a aliviar estos síntomas

Las costras suelen desprenderse de forma natural entre las 6 y 8 semanas tras la cirugía. Si los puntos no son reabsorbibles, serán retirados en consulta, habitualmente entre los 14 y 21 días. Es importante no forzar la caída de las costras ni intentar retirarlas manualmente.

Generalmente, permito mojarse el pie al mes de la intervención, siempre y cuando la herida esté completamente cerrada y sin signos de complicación de la herida. Se recomienda comenzar con duchas breves, sin sumergir el pie en agua (bañera sin tapón o placa de ducha), secar bien la zona y posteriormente aplicar betadine o clorhexidina.

Sí, pero solo una vez que la herida esté completamente cerrada y sin costras. A partir de ese momento, pueden utilizarse cremas hidratantes o productos específicos para mejorar la calidad de la cicatriz. La aplicación debe hacerse con un suave masaje circular, sin forzar la zona intervenida.

Sí. Los ejercicios de movilidad son extremadamente importantes para evitar rigideces y retracciones tras la cirugía. Se recomienda empezar con movilización pasiva y activa de los dedos, especialmente si el primero si ha sido intervenido. Flexión y extensión suave, rotaciones y estiramientos supervisados ayudan a recuperar el rango de movimiento. Consulta con tu cirujano o fisioterapeuta antes de iniciarlos por tu cuenta.

La reanudación de la actividad deportiva depende del tipo de cirugía y la evolución individual. En términos generales, se puede empezar con ejercicios de bajo impacto como la natación o la bicicleta estática a partir del segundo mes, siempre que la herida esté curada y el dolor controlado. Actividades de mayor impacto como correr o deportes de contacto requieren más tiempo.


El tiempo de reincorporación laboral varía según el tipo de cirugía y las exigencias de tu trabajo. En general, si tienes un empleo sedentario o de baja demanda física (como oficina o teletrabajo), podrías volver entre los 2 y 4 meses tras la operación. Si tu trabajo implica estar de pie, caminar mucho, cargar peso o usar calzado de seguridad, el tiempo de baja suele ser mayor, entre 4 y 5 meses, para asegurar una recuperación completa y sin recaídas. Tu cirujano te orientará según tu caso concreto.

¿Tienes más dudas sobre tu intervención?

El Dr. Miguel Ángel Román Cañada, cirujano ortopeda en Sevilla, está especializado en cirugía avanzada de pie y tobillo. Consulta personalizada disponible para valorar tu caso.