Dolor bajo el primer dedo del pie
La sesamoiditis es una causa común de dolor en la parte plantar del antepié, justo debajo del primer dedo (dedo gordo). Afecta a los huesos sesamoideos, dos pequeñas estructuras óseas situadas dentro del tendón flexor del hallux, que actúan como poleas para facilitar el movimiento y absorber el impacto al caminar. Cuando estas estructuras se inflaman o se sobrecargan, aparece la sesamoiditis.
¿Qué son los huesos sesamoideos?
Los huesos sesamoideos se encuentran justo por debajo de la cabeza del primer metatarsiano. Son comparables a la rótula de la rodilla, ya que se encuentran incluidos en un tendón y mejoran su eficiencia mecánica. Son dos: el sesamoideo medial (tibial), que suele ser el más afectado, y el sesamoideo lateral (peroneal).
Causas de la sesamoiditis
La sesamoiditis suele estar provocada por una sobrecarga repetitiva sobre la zona plantar del primer dedo. Entre los factores predisponentes destacan el uso de calzado inadecuado (tacones, suelas rígidas), actividades deportivas de impacto como correr o bailar, pie cavo, hallux limitus o valgus, sobrecarga del primer radio, e incluso traumatismos directos o hiperextensión del hallux.
Síntomas
El síntoma principal es el dolor plantar localizado justo debajo del primer dedo. Este dolor empeora con el apoyo, la marcha o el uso de calzado rígido. También puede haber sensación de pinchazo al caminar descalzo, inflamación o sensibilidad al tacto, y en fases más avanzadas, rigidez y limitación del movimiento del hallux.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la historia clínica y exploración física. Se realizan pruebas específicas de palpación y movilidad del hallux. Las pruebas complementarias incluyen:
– Radiografías en carga: muestran posición y estado de los sesamoideos.
– Resonancia magnética: útil para detectar edema óseo, necrosis o fracturas.
– Ecografía: permite valorar inflamación y bursitis local.
Tratamiento conservador
Es el primer paso terapéutico. Incluye calzado con suela acolchada, plantillas con descarga retrocapital, reposo relativo, aplicación de hielo, antiinflamatorios tópicos o orales y fisioterapia específica. Esta última se centra en movilizar el hallux, aplicar técnicas antiinflamatorias y ejercicios que alivien la presión sobre el primer metatarsiano.
Infiltraciones
En los casos donde el tratamiento conservador no es suficiente, pueden considerarse infiltraciones ecoguiadas con corticoides o ácido hialurónico. El uso de PRP (plasma rico en plaquetas) también ha demostrado ser eficaz en casos crónicos, con menos efectos secundarios al tratarse de un producto autólogo.
Tratamiento quirúrgico
Está reservado para casos severos, resistentes al tratamiento conservador, y con gran afectación funcional. Las opciones incluyen resección parcial del sesamoideo dañado (en casos de necrosis o fractura), corrección de deformidades biomecánicas mediante osteotomías del primer metatarsiano, o cirugía para realinear la articulación si existe hallux valgus asociado.
Pronóstico
La mayoría de los pacientes mejora significativamente con tratamiento conservador. El ajuste del calzado, el control biomecánico y la reducción de presión sobre los sesamoideos son clave. En casos avanzados, la cirugía puede resolver el problema de forma definitiva si se realiza con una buena indicación.
Conclusión
La sesamoiditis es una patología dolorosa pero tratable si se diagnostica de forma precoz. El abordaje conservador suele ser eficaz en la mayoría de los casos. Cuando es necesario, las técnicas quirúrgicas actuales permiten una recuperación completa y duradera, mejorando la calidad de vida del paciente.