Sesamoiditis: dolor bajo el primer dedo del pie

La sesamoiditis es una causa frecuente de dolor en la base del primer dedo (dedo gordo) del pie. Afecta a los pequeños huesos sesamoideos, situados en la planta del pie justo debajo de la articulación metatarsofalángica del primer dedo. 

Estos huesos, parecidos a pequeños «guijarros» integrados en los tendones, actúan como poleas y soportan grandes cargas durante la marcha, la carrera o los saltos. Cuando se inflaman o lesionan, provocan un dolor muy molesto en cada paso.

¿Qué son los huesos sesamoideos?

Los huesos sesamoideos del pie son dos pequeñas estructuras redondeadas, localizadas bajo el primer metatarsiano. Biomecánicamente, su función es esencial: ayudan a distribuir la carga y reducen la fricción del tendón flexor largo del primer dedo durante la propulsión del paso. A diferencia de la mayoría de los huesos, no están unidos directamente a otros huesos, sino que se insertan en tendones.

Cualquier alteración o sobrecarga en esta zona puede inflamar estos huesos, desencadenando una sesamoiditis. También pueden fracturarse o sufrir necrosis avascular, pero el cuadro más habitual es la inflamación mecánica por sobreuso o presión excesiva.

Causas de la sesamoiditis

La causa más común es el exceso de presión repetida sobre los huesos sesamoideos, sobre todo en personas activas. Entre los factores que contribuyen destacan:

  • Deportes de alto impacto (ballet, running, fútbol, etc.)
  • Uso de calzado estrecho o con tacón alto
  • Alteraciones de la pisada como el pie cavo o el primer metatarsiano largo
  • Actividades que requieren mucha flexión del dedo gordo
  • Microtraumatismos repetidos en la base del primer dedo

Todo ello genera una irritación persistente que inflama los huesos sesamoideos y provoca dolor plantar localizado, especialmente al apoyar o flexionar el primer dedo.

Síntomas

El síntoma principal es el dolor bajo el primer dedo del pie, justo en la zona plantar del antepié. Este dolor suele aparecer al caminar, subir escaleras o practicar deporte, y empeora con el uso de calzado rígido o tacones.

Es habitual que los pacientes describan una molestia o punzada que se intensifica al apoyar el peso corporal, especialmente al despegar el pie del suelo. También puede existir inflamación local, sensibilidad a la presión y, en fases crónicas, endurecimiento o engrosamiento de la piel. 

En ocasiones, puede irradiarse hacia el centro de la planta del pie, generando dolor en la planta del pie o incluso molestias al caminar en la base del primer dedo.

Diagnóstico

El diagnóstico de la sesamoiditis es clínico, reforzado por la exploración física. Se realiza presión selectiva en la zona plantar del primer metatarsiano, lo que suele reproducir el dolor característico. También se valora la movilidad del dedo gordo y posibles factores biomecánicos.

Para confirmar el diagnóstico o descartar fracturas se pueden solicitar:

  • Radiografías simples (en carga) para ver alteraciones óseas o fracturas
  • Ecografía para evaluar inflamación de partes blandas
  • Resonancia magnética, especialmente útil para identificar inflamación intraósea, edema de médula ósea o necrosis de los huesos sesamoideos del pie

La resonancia magnética es especialmente valiosa en los casos crónicos, ya que permite observar el grado de afectación de los sesamoideos, descartar necrosis y planificar mejor el tratamiento, diferenciando inflamación, fisura o fractura.

Tratamiento conservador

El tratamiento de la sesamoiditis suele comenzar con medidas conservadoras. El objetivo es aliviar el dolor, reducir la inflamación y descargar la zona afectada. Las estrategias más habituales incluyen:

  • Reposo relativo y evitar actividades de impacto
  • Uso de calzado blando, con suela amortiguada y sin tacón
  • Plantillas ortopédicas con descarga retrocapital y almohadillado plantar
  • Aplicación de hielo varias veces al día
  • Antiinflamatorios por vía oral

Estas medidas suelen ser eficaces si se aplican precozmente y de forma constante. Es fundamental individualizar el tratamiento en función del tipo de pisada y las actividades del paciente.

Infiltraciones

En los casos más rebeldes o persistentes, pueden utilizarse infiltraciones ecoguiadas con corticoides o con terapia regenerativa (PRP) directamente sobre los sesamoideos. Esta técnica, mínimamente invasiva, puede acelerar la recuperación en fases subagudas o crónicas, especialmente si hay inflamación importante sin fractura.

Tratamiento quirúrgico

Los casos más avanzados o resistentes al tratamiento conservador pueden requerir cirugía de sesamoiditis. Las opciones incluyen la resección parcial del sesamoideo afectado o, en casos extremos, la resección total. 

La cirugía debe estar muy bien indicada y realizada por un especialista en cirugía de pie, ya que altera el mecanismo biomecánico del dedo gordo y puede tener consecuencias funcionales si no se realiza correctamente.

Pronóstico

La mayoría de los pacientes mejora significativamente con tratamiento conservador. El pronóstico de la sesamoiditis es bueno si se actúa precozmente, evitando que la inflamación se cronifique. En deportistas o pacientes con factores biomecánicos predisponentes, es importante un seguimiento a medio plazo para prevenir recaídas.

Conclusión

La sesamoiditis es una patología frecuente en personas activas, que cursa con dolor e inflamación bajo el primer dedo. Un diagnóstico correcto y un tratamiento individualizado permiten la recuperación sin secuelas en la mayoría de los casos.


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