Tendinopatía del tibial anterior: dolor en la parte frontal del tobillo y pie
La tendinopatía del tibial anterior es una causa frecuente de dolor en la cara anterior del tobillo y en el dorso del pie. Esta afección se produce cuando el tendón del tibial anterior, fundamental para la dorsiflexión del pie (es decir, para elevar el pie hacia arriba), sufre sobrecarga, inflamación o degeneración.
Además, este tendón cumple una función clave durante la marcha, especialmente en la fase de contacto del talón con el suelo, contribuyendo a un apoyo controlado y estable.
Cuando el tendón se ve afectado por sobreesfuerzos repetidos, traumatismos o desequilibrios biomecánicos, pueden aparecer molestias al caminar, al comenzar el paso, o al bajar pendientes y escaleras.
La tendinopatía del tibial anterior es más frecuente en personas activas mayores de 50 años, deportistas (especialmente corredores), y en pacientes con alteraciones como el pie cavo.
Causas y factores de riesgo
La tendinitis del tibial anterior o tendinosis puede originarse por diversas circunstancias que sobrecargan de forma crónica el tendón. Entre las principales causas se encuentran:
Actividades que implican dorsiflexión repetida del pie, como caminar largas distancias, correr o practicar senderismo.
Uso prolongado de calzado inadecuado que carece de buen soporte y amortiguación.
Alteraciones estructurales como el pie cavo, que tienden a aumentar la tensión en el tendón tibial anterior.
Procesos degenerativos asociados al envejecimiento, que reducen la elasticidad y resistencia del tejido tendinoso.
Enfermedades reumatológicas o metabólicas (como la diabetes o la gota) que pueden afectar negativamente a los tendones.
Cuando estos factores actúan de manera conjunta o prolongada, se producen microrroturas que no se reparan adecuadamente, lo que puede dar lugar a tendinosis del tibial anterior e incluso, en casos avanzados, a roturas parciales o completas del tendón.
Síntomas de la tendinopatía del tibial anterior
El síntoma más común es el dolor localizado en la parte anterior del tobillo, que puede irradiarse hacia el dorso del pie o incluso hacia la pierna. Este dolor suele intensificarse al caminar cuesta abajo, al bajar escaleras o al realizar esfuerzos que impliquen levantar la parte delantera del pie.
Además del dolor, pueden presentarse otros signos clínicos como:
Hinchazón visible, acompañada de enrojecimiento o aumento de la temperatura local, que se localiza específicamente a lo largo del trayecto del tendón tibial anterior. Esta inflamación suele ser evidente a la palpación y puede aumentar tras la actividad física o al final del día. El área afectada puede doler al tacto y presentar una sensación de tensión o presión constante.
Dificultad para realizar dorsiflexión activa del pie, lo que puede comprometer la marcha de forma significativa. Esta limitación funcional se manifiesta especialmente al caminar cuesta abajo, al iniciar el paso o al intentar levantar la parte delantera del pie desde el reposo. En algunos casos, el paciente puede notar una sensación de bloqueo o inestabilidad, lo que provoca inseguridad al caminar y una reducción en la calidad de vida diaria.
Sensación de fatiga o debilidad en la parte anterior de la pierna, especialmente al final del día. Esta fatiga suele aparecer progresivamente, agravándose tras actividades prolongadas como caminar o permanecer de pie durante varias horas. En muchos casos, los pacientes describen una pérdida de fuerza que les obliga a descansar antes de completar tareas cotidianas, con sensación de «pierna pesada» o incapacidad para mantener el pie en dorsiflexión de forma sostenida.
Es frecuente notar una sensación de rigidez matutina, al dar los primeros pasos del día, como consecuencia del reposo nocturno prolongado. Asimismo, algunas personas experimentan dolor nocturno en reposo, especialmente cuando el tendón ha estado sometido a sobrecarga durante el día.
En los casos más graves, pueden observarse signos sugestivos de rotura tendinosa, como un dolor súbito e intenso acompañado de un chasquido audible, aparición de una depresión palpable en el trayecto del tendón o imposibilidad para levantar la parte delantera del pie (dorsiflexión).
Estos síntomas pueden confundirse con otras afecciones del tobillo, por lo que es esencial un diagnóstico diferencial adecuado.
Diagnóstico
El diagnóstico de la tendinitis del tibial anterior se basa en una adecuada historia clínica, una exploración física detallada y pruebas de imagen complementarias.
Durante la exploración, el especialista palpa el tendón en busca de dolor, engrosamiento o crepitación, y evalúa la fuerza y movilidad del tobillo. Las pruebas complementarias más útiles son:
Ecografía musculoesquelética: permite visualizar el grosor del tendón, detectar zonas hipoecoicas (indicativas de degeneración), líquido peritendinoso o roturas parciales.
Resonancia magnética: es la prueba más precisa para valorar el estado del tendón, los tejidos circundantes y descartar lesiones asociadas, como bursitis o sinovitis.
Un diagnóstico precoz es crucial para evitar que la lesión progrese y derive en una patología más compleja.
Tratamiento de la tendinitis del tibial anterior
Tratamiento conservador
En la mayoría de los casos, el tratamiento inicial es conservador y suele dar buenos resultados. Las estrategias terapéuticas incluyen:
Reducción temporal de la actividad física y reposo relativo.
Aplicación de hielo local en la fase aguda para reducir inflamación y dolor.
Uso de antiinflamatorios no esteroideos, siempre bajo control médico.
Fisioterapia especializada: incluye técnicas como terapia manual, electrólisis percutánea intratisular (EPI), estiramientos progresivos, fortalecimiento específico y ejercicios excéntricos.
Incorporación de plantillas personalizadas para corregir el apoyo plantar en casos de pie cavo o alteraciones biomecánicas asociadas.
Reeducación del gesto deportivo o modificaciones en el tipo de calzado.
El objetivo es reducir la sobrecarga tendinosa, restaurar la función del pie y evitar la cronificación del proceso inflamatorio.
Terapias avanzadas
Terapia regenerativa ecoguiada (PRP): infiltración con plasma rico en plaquetas, que favorece la regeneración del tendón sin los efectos adversos de los corticoides.
Ondas de choque focales, con efectos analgésicos y regenerativos sobre el tejido tendinoso.
Tratamiento quirúrgico
Está indicado únicamente en los casos más graves o que no responden a un tratamiento conservador bien aplicado. Las principales opciones quirúrgicas son:
Desbridamiento del tendón: consiste en eliminar el tejido tendinoso dañado o degenerado, aliviando así el dolor y permitiendo una mejor cicatrización.
Tenólisis: se realiza para liberar adherencias fibrosas que impiden el movimiento normal del tendón, mejorando su deslizamiento y reduciendo la rigidez.
Reparación directa: indicada cuando existen roturas parciales del tendón. Se sutura el tejido roto con técnicas específicas para restablecer su continuidad funcional.
Transferencia tendinosa: en los casos de rotura completa o degeneración avanzada, se transfiere un tendón vecino (habitualmente el extensor del hallux) para suplir parcialmente la función perdida del tibial anterior.
Todas estas técnicas requieren un estudio detallado por parte de un cirujano experto en pie y tobillo, y se aplican únicamente tras agotar las opciones conservadoras.
La decisión quirúrgica debe ser individualizada, y siempre como último recurso tras agotar el tratamiento médico y fisioterápico.
Conclusión
La tendinopatía del tibial anterior es una lesión poco conocida pero cada vez más frecuente, especialmente en personas activas o con alteraciones biomecánicas del pie.
Reconocer los síntomas a tiempo y aplicar un tratamiento adecuado permite una recuperación completa en la mayoría de los casos, evitando complicaciones a largo plazo.
El Dr. Miguel Ángel Román Cañada, especialista en pie y tobillo en Sevilla, ofrece un abordaje integral y personalizado para esta afección, atendiendo también a pacientes de Huelva y de toda Andalucía.
Si presentas dolor en la parte anterior del tobillo al caminar o al levantar el pie, solicita tu valoración. El Dr. Román Cañada te ayudará a recuperar tu bienestar con un tratamiento adaptado a tus necesidades.
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